Investigador responsable Tomás Ibarra

Desarrollo y Medio Ambiente


Las huertas familiares, sus productos y la forma en que se cultivan son fuentes de identidad cultural y de conocimiento ecológico local que reflejan tanto conexiones profundas con el territorio como formas de vida sostenibles. En la Región de La Araucanía existe un enorme patrimonio biocultural en las huertas de familias campesinas indígenas y no indígenas. Al respecto, el investigador adjunto del CIIR Tomás Ibarra desarrolló el proyecto “Huerta andina como patrimonio biocultural de La Araucanía: un enfoque agroecológico y agroturístico”. Este estudio busca revalorizar la huerta y sus cultivos tradicionales mediante el rescate y acceso a los mercados, y la creación participativa de una nueva experiencia de agroturismo. “Nos llamó la atención la utilización de productos forestales no madereros por parte de las comunidades, alimentos, medicinas, elementos para teñir lana, adornos. El proceso de privatización ha generado un corte en el vínculo cotidiano del bosque con la gente”, explica Tomás Ibarra. Las comunidades pierden el acceso al bosque, y la huerta se convierte en un espacio fundamental para la resiliencia de la gente; traen plantas y las ponen en su huerta, colocan de alguna forma el bosque en sus casas.

En las huertas, muchos cultivos tradicionales, además de las prácticas asociadas a su producción, están siendo olvidados. Variedades tradicionales de origen andino (quinwa o quínoa mapuche, papas) o europeo (arveja sinhila), que fueron rápidamente adaptados e incorporados a la cultura mapuche hace varios cientos de años, hoy aún sobreviven en algunas huertas de la zona andina. Incluso, la huerta es hoy un espacio donde muchas mujeres logran cultivar especies vegetales traídas desde el bosque como un mecanismo de resiliencia ante la creciente privatización y subdivisión de tierras, procesos que restringen cada vez más el acceso a los bosques.

Los resultados esperados al finalizar el proyecto -que tomará dos años de implementación- serán la producción de un inventario y mapeo de la biodiversidad (plantas, aves e insectos) en huertas de la zona andina de La Araucanía; una etnografía de la huerta (“huertografía”); la realización del programa de agroturismo “Conoce mi Huerta”; la implementación de talleres de manejo y comercialización agroecológica, y la generación de material de difusión y un libro recopilatorio.