Investigadores responsables José Bengoa, Eduardo Valenzuela

Desarrollo y Medio Ambiente


En 1980, el entonces obispo de Temuco, Sergio Contreras Navia, les pidió a los investigadores José Bengoa y Eduardo Valenzuela realizar un estudio para conocer cuál era la situación de las comunas de la provincia de Cautín. Así, Bengoa y Valenzuela emprendieron un estudio que tres años más tarde se publicaría bajo el título “Economía mapuche: pobreza y subsistencia en la sociedad mapuche contemporánea”. Este proyecto tuvo como objetivo principal caracterizar socioeconómicamente a las comunidades mapuche ubicadas en la provincia de Cautín, Región de La Araucanía. El trabajo de investigación emprendido fue innovador para la época gracias a la meticulosa recolección, a partir de 300 casos, de información sobre los ingresos de las personas encuestadas, así como la exhaustiva descripción de un sistema precapitalista fundamentado en una economía de subsistencia. En ese momento observamos el final de un largo período reduccional; si se analiza la historia mapuche, hay un período prerreduccional hasta 1888, y entre este año y 1927 se establecen las reducciones donde se radica a los indígenas y se les campesiniza a la fuerza, empobreciendo a una sociedad que fue rica”, explica José Bengoa.

Más de treinta años después, los mismos investigadores encargados del trabajo inicial se propusieron replicar el estudio, es decir, estudiar la situación socioeconómica actual de las familias mapuche de zonas rurales correspondientes a las provincias de Cautín, agregando esta vez también la de Malleco. Se visitaron las mismas comunidades que se integraron en el trabajo realizado originalmente en 1981, con el propósito de hacer una comparación 35 años después.

El tamaño de la muestra efectiva fue de 300 familias mapuche provenientes de zonas rurales, 200 en la provincia de Cautín y 100 en la provincia de Malleco.

Con respecto a la selección de la muestra, ya que se deseaba hacer un análisis comparativo a nivel agregado, se seleccionaron las mismas comunidades que fueron analizadas en la provincia de Cautín durante el estudio de 1981. Para Malleco, en tanto, se poseía conocimiento sobre la cantidad de encuestas realizadas en un estudio en 1987, pero no la lista de las comunidades correspondientes, por lo cual se resolvió efectuar una selección aleatoria. También se mantuvo la cantidad de encuestas para cada una de las comunidades elegidas. Sin embargo, una dificultad práctica que se presentó fue la inexistencia de información de contacto de las familias que fueron encuestadas en 1981, lo que imposibilitó su identificación y contacto. A raíz de lo anterior, en una segunda etapa se procedió a seleccionar de manera aleatoria las hijuelas de las familias dentro de cada comunidad, solicitando planos del Archivo General de Asuntos Indígenas, AGAI, de la Conadi, ubicado en Temuco. De esta manera, se mantuvo el mismo procedimiento utilizado en el estudio de 1981. En caso de que se presentara algún eventual rechazo, se asignó una hijuela de reemplazo.

“Observamos que el cambio entre 1980 y 2016 ha sido determinante. El tema nuevo es el del agua, sobre todo en la agricultura mapuche. Nos dimos cuenta de que a una cantidad enorme de comunidades les llevan agua en camiones, con seis a ocho meses sin agua. Esto tiene consecuencias sobre cultivos, todo. Hace 40 años no existían subsidios. Hoy, en cambio, la cantidad de subsidios es muy grande”, explica Bengoa. Según el investigador, si el nivel de subsidio supera ciertos rangos, disminuye el nivel de producción. También el nuevo estudio arroja, a primera vista, una población muy envejecida en las comunidades, con los jóvenes emigrando por educación o trabajo hacia la zona central.

Una tercera diferencia con el contexto del primer estudio es el nivel de pobreza. “Actualmente, no observamos situaciones de hambre, puede ser que las haya en ciertos meses, al inicio del verano; en 1980 sí había pobreza”, recalca Bengoa.

A partir de la información recolectada, además de hacer una caracterización socioeconómica de las familias, se calcularán los siguientes indicadores: ingreso bruto total de la población mapuche, entendiéndolo como la suma de los ingresos por venta de los productos prediales, ingresos que provienen del autoconsumo, ingresos salariales y rentas; el ingreso neto, ingreso bruto total menos los gastos en insumos e inversión; y el ingreso neto per cápita.