Aplicar una metodología que permita la participación de la comunidad desde formas culturalmente pertinentes en la retroalimentación sobre políticas públicas es uno de los objetivos del trabajo que desarrolló la posdoctorante del CIIR Dalma Ahues. Este método fue aplicado al contexto de la salud intercultural, particularmente en dos experiencias: La Florida, en la Región Metropolitana, y Maquehue, Región de la Araucanía. En ambos sitios se analizó el desarrollo de las acciones de salud intercultural, en las que coexisten la medicina alópata y de cuño ancestral. “En La Florida, el Cesfam pone a disposición un espacio donde pueda instalarse la machi y atender gente. En Maquehue, en tanto, es distinto. Las machis no vienen al centro sino que les derivan pacientes a sus casas. En Santiago el centro sí recibe apoyo estatal, en Maquehue no”, contextualiza la investigadora.
Ambos procesos son incompletos a causa de la insuficiente interculturalidad presente en la legalidad chilena. Se habla de una política pública intercultural en la que se toman ciertas medidas, en que la medicina mapuche esté integrada, pero en la mayoría de los casos la entrega de recursos se liga a la imposición de normas occidentales. “En el caso de La Florida, se imponen según el Código Sanitario construyendo, por ejemplo, un piso lavable dentro de la ruca, lo que implica poner losa, ignorando que la machi y el lawentuchefe, quien prepara las yerbas, deben estar en conexión con la tierra mientras atienden a la gente”, añade Ahues.
Otro problema pesquisado es que las personas que trabajan en instituciones de asistencia a pueblos indígenas no reciben ninguna preparación con respecto a protocolos de comunicación con los pacientes mapuche. Ante esto, Dalma Ahues se ha empeñado en generar propuestas junto con las organizaciones y entregarlas a los tomadores de decisiones.