La investigadora Paula Miranda se ha abocado al desarrollo de un estudio sobre la poesía del premio nacional de Literatura Raúl Zurita, que intenta vislumbrar los vínculos del poeta con las nociones de espacio y naturaleza. En medio de este trabajo, Miranda descubrió la relación que Zurita sostuvo con el mundo mapuche a partir de un viaje que realizó al sur de Chile a mediados de los ochenta. Entonces, sobreviene en él el impacto de la poesía mapuche. Poco a poco, en su obra se trasluce la influencia de aquella cosmovisión. Esos poemas permanecieron inéditos y hoy Paula Miranda trabaja en cómo añadirlos en una reedición del texto La Vida Nueva, obra que Zurita publicó originalmente en 1993. “Hemos ido trabajando en cómo integrarlas, en cómo deben aparecer. En Zurita, el influjo mapuche transforma sus nociones de naturaleza, la relación con la geología chilena. Ingresa la dimensión más vivencial, la relación con los ancestros, los sueños, la importancia del pewma”, explica la investigadora.
La investigación se centra también en los diálogos que Raúl Zurita mantuvo con los poetas Elicura Chihuailaf y Leonel Lienlaf. Zurita vive dos años en el sur y durante ese tiempo se dedica a recomponer el mapa del territorio, aplicando sus conocimientos ingenieriles. “Hace un trabajo etnográfico donde sale a conocer al otro, entrevista a pobladores. Después él conectará eso con la importancia de los sueños en la cultura mapuche, como fuente de conocimiento y de ordenar la vida”, agrega Miranda. Raúl Zurita asume su encuentro con lo mapuche como la posibilidad de la plenitud. Una totalidad que él ansiaba y estaba en la cultura mapuche.