Investigador responsable Roberto González

Diferencia, Coexistencia y Ciudadanía


Posicionar el tema de la conflictividad, de la cohesión social y las relaciones entre pueblos originarios y sociedad no indígena en la discusión internacional es la misión que subyace al proyecto encabezado por el investigador CIIR Roberto González. Para esto se armó un equipo que incorporó a académicos de la Universidad de Massachusetts con el fin de comparar resultados con experiencias interculturales que se observan en Estados Unidos entre niños latinos y estadounidenses.

¿Qué predice que niños y niñas de distintos grupos etarios, chilenos y mapuche, desarrollen vínculos positivos de amistad? Una de las premisas utilizadas es que el nivel de contacto es un gran precursor en el cambio de actitudes. “Mientras más los niños chilenos y mapuche declaran tener relaciones favorables y positivas se crea confianza y se desarrolla un espacio de mayor interacción cotidiana; lo pasan bien, hacen cosas juntos y reportan actitudes más favorables hacia el otro grupo en términos de acciones y actitudes”, explica Roberto González. Al ser un estudio longitudinal, “Amistad” ha permitido modelar vínculos a lo largo del tiempo: cómo estaban los niños cuando se inició el proyecto y cómo se encontraban cuatro años después. ¿Por qué los niños tienen intenciones de mantener contacto en el tiempo con niños de un grupo étnico distinto? El estudio indica que son las normas las que predicen el nivel de contacto, normas prescriptivas, como son las que se obtienen en el colegio y que son promovidas a través de su currículum y autoridades, de sus profesores; y las de los pares, llamadas normas descriptivas. La teoría indica que mientras más percibes que la escuela promueve que los niños entren en contacto, uno esperaría que esto influya en la disposición de los niños a desarrollar vínculos de amistad con quienes son distintos a ellos. Por otro lado, en cuanto a las normas de los pares, son muy relevantes en la niñez tardía y adolescencia, en las que se dictamina qué haces y con quién. “Hemos descubierto que las normas de las escuelas son particularmente importantes para las minorías, niños que provienen de grupos minoritarios –latinos y mapuches; les importa mucho lo que perciben de profesores, directores de los establecimientos, lo que dicen y valoran sobre el contacto–. Por el contrario, los chilenos valoran más a sus pares: si percibo que mi grupo de amigos valora que me junte con mapuche, entonces tengo más disposición a juntarme con niños mapuche”, profundiza González.

Un segundo tema analizado aborda los modelos de aculturación, los cuales intentan explicar por qué los miembros de pueblos originarios están motivados a mantener su identidad cultural y al mismo tiempo integrarse a la cultura dominante versus mantener la propia y no incorporarse, o asimilarse, renunciando a la propia e incorporándose a la mayoritaria o marginándose de ambas, sin sentirse mapuche ni chileno. Integrarse no es renunciar sino preservar su identidad. ¿De qué depende que los chilenos quieran que los mapuche mantengan su cultura y se incorporen versus los que piensan que no deben juntarse? El contacto y las normas hacen que en los niños influyan los niveles de identificación con el grupo. “Si yo tengo contacto contigo y con los chilenos y percibo que mi grupo valora que tenga contacto con ellos, entonces voy a fortalecer mi identidad mapuche, porque no tengo temor ni preocupación de poder mostrarla dado que tengo buena interacción con el exogrupo y además mi grupo valora que yo las tenga. Tendería a fortalecer mi identidad étnica y si lo hago, el correlato es que tengo interés de preservar mi identidad y al mismo tiempo integrarme”, explica Roberto González