Abordar la idea de la interculturalidad no como una relación entre grupos culturales sino como una diferencia y relación que se produce en las prácticas e interacciones a nivel micro local, es la premisa del proyecto que ha desarrollado el investigador Andrés Haye en su trabajo en escuelas de la Región Metropolitana. “Entender la interculturalidad como un producto de la diferenciación, donde las identidades indígenas provienen de las diferenciaciones culturales al igual que, por ejemplo, la pertenencia a otros países, producto de la migración contemporánea, o las clásicas de género. No me concentro en la interacción entre mundos culturales indígenas y no indígenas, más bien cómo es que se produce socialmente una diferencia cultural o una relación intercultural”, explica Haye.
El proyecto consistió en una etnografía en cinco escuelas con alta incidencia de inmigrantes en Santiago, concentrándose actualmente en dos de estas escuelas, trabajando con alumnos y la escuela en su conjunto. Se han identificado algunas formas de funcionamiento de las diferencias culturales, por ejemplo de etnia, de país de origen, como formas de poder en la interacción. En las interacciones sociales, las distinciones que se hagan implícita o explícitamente en el trato con los demás pueden ser utilizadas como una manera de establecer una jerarquía o directamente una superioridad sobre otro, o de algún modo regular intencionadamente la relación social en una dirección determinada. “¿Cómo los marcos institucionales amparan, facilitan y condicionan ciertas diferenciaciones que se utilizan en las interacciones entre estudiantes y profesores, profesores y directivos, de diferentes maneras, con efectos de poder?”, acota el investigador a cargo.